Los árboles ornamentales no necesitan que los corten. Al contrario, se debilitan por ello. Pero como muchos están mal elegidos y no caben en las calles, se los ataca continuamente. Es una tortura que genera fealdad. En muchos municipios de España las podas y talas de árboles no se están llevando a cabo correctamente, poniendo en peligro la salud de las plantas. Gráfico para un reportaje de Pedro Cáceres en el suplemento Eureka que sale hoy con El Mundo.